Una historia de ficción. –SCRAP, primera parte.

Esta historia empieza con la torpeza de tropezarse con un individuo algo delgado, escaso de pelo en la cabeza y de una actitud un poco introvertida y ensimismada, algo depresivo. Era evidente que a este personaje le atraía ciertas cosas que no dejan de ser una rareza, por ejemplo, esas canciones cantadas con voces guturales, que hablan de intestinos, sangre y de la misma descomposición del ser humano en su inmundicia, los comics donde la heroína terminaba siendo una voluptuosa figura femenina con ropas bastante sensuales, cuyos pasatiempos solían ser hacer algo de bulla con su guitarra en una afinación que el solo conocía, hacer dibujos de alguna manera macabros o salidos de cualquier realidad, y por supuesto, escribir para revistas que el mismo decía, se distribuían en el mundo underground de su ciudad de residencia. El depresivo.

Dicho tropezón lo hizo un joven de poca experiencia en la vida, algo alocado y cargado de ganas de explorar nuevas alternativas en la vida, nuevos gustos, una persona muy analítica y soñadora. Un tipo común y corriente con ciertas excentricidades, amante del arte y la música, enamorado y algo torpe con la guitarra (la verdad era pura pasión lo que sentía por este instrumento, pero era un completo don nadie con ella en sus manos). El soñador.

En un intercambio de ideas entre el depresivo y el soñador, surgió la grandiosa idea de tocar algo juntos, solo por probar, alguien bien experimental, que no fuese agresivo, pero que tuviese furia, pero desde luego, entre estos dos nunca resultaría algo medianamente bueno, sin embargo por esos mismos tropezones en la vida, dan con alguien muy habituado a la percusión, seguidor infalible de bateristas como Chad Smith, con un sonido algo punkero y pinta de Dexter Holland con sus zapatos Vans. El presumido. Fue cuando entonces este último personaje, cuenta de su antigua banda de rock punk, y que tenía conocimiento de un lugar donde podrían tener un encuentro musical y conocer sus habilidades; así fue, se encontraron estos tres en una sala de ensayos al sur de la ciudad, y realmente fue una pérdida de tiempo, solo se lograba escuchar un sonsonete de tarros golpeados, por el presumido, una guitarra desafinada comandada por el depresivo y el silencio absoluto y temeroso del soñador, quien no toco nada. Sin embargo los sueños siguieron adelante, el soñador se puso en la tarea de verdad tocar guitarra, aunque esto le fue sumamente complicado, el presumido practico con sus vaquetas pegándole a sus pads de ensayo, y el depresivo siguió ahí.

El último elemento en integrarse a este proyecto bastante fallido, fue un personaje que dejaba la duda si sabía tocar bajo o solo lo aprendió por querer ser parte de algo diferente del medio que los circundaba por ese entonces. Un hombre bastante joven, y con muchas ganas de aprender cosas nuevas. El motivado. Fue así como estos cuatro personajes acordaron reunirse nuevamente en un lugar donde les prestaran un bajo, para el motivado y así tratar de hacer algo sencillo, algo que no significara mucha destreza ni en guitarras, ni en el bajo, ni en la batería, la voz? Eso aún no les preocupaba. Paranoid de Black Sabbath, eso fue lo que se propusieron tocar en la sala de ensayos del moacheitor, un antiguo bajista de una reconocida banda de la ciudad.

Todo sonaba asqueroso gracias al depresivo, descoordinado por la virtud del soñador, rancio por los sonidos ahogados del presumido y bastante desanimado por el motivado; no tenían un rumbo, ni un horizonte, quien los escucho alguna vez pudo haber originado una hernia en sus entrañas gracias a la risa que causaban, pero esto nunca les permitió dejar este sueño atrás.

Continuara…